Es la hora de que todos los implicados en la cadena de la seguridad pasen a potenciar, más bien a ponerle más inteligencia realmente a la situación. Es decir a pasar del Dato, ese antecedente necesario para llegar al conocimiento exacto de algo; a la Información, esa adquisición de conocimientos que permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada; y al Conocimiento, ese entendimiento de la información; para finalmente, llegar a la Inteligencia, esas acciones con el conocimiento aplicado.
Pero, hagamos un breve recordatorio de qué es Inteligencia y cuál es su misión: proporcionar información, conocimiento y procedimientos para contribuir a que se adopte y ejecute la mejor decisión en cada caso. O, lo que es lo mismo: es el proceso sistemático de recolección, evaluación y análisis de información, cuya finalidad es producir conocimiento útil para la toma de decisiones.
Y es en este sentido en el que, sin duda, es la hora de aplicar la inteligencia en el sector y el mercado de las seguridades.
Un sector y un mercado como el español que, en un marco de crisis globalizada, presenta además de nuevos retos y demandas, asignaturas pendientes de cumplir.
Así, la propia patronal de servicios mantiene unas asignaturas pendientes –por más de un año- en cuanto a la resolución y acuerdo de un Convenio Colectivo para los trabajadores del sector, que ayude a mantener el poder adquisitivo y a la consolidación de los puestos de trabajo en tiempos de crisis.
Un sector profesional y su representación sindical que, igualmente, ha de utilizar la inteligencia para su adecuación a los tiempos de crisis, la mejora profesional para consolidación de puestos de trabajo con los objetivos dirigidos hacia un mayor desarrollo de especialización profesional, en todos sus ámbitos.
Un mercado, el de los grandes usuarios que, dentro de su obligada optimización de los recursos, avance en la implantación de servicios y sistemas de valor para el aseguramiento de los niveles de seguridad requeridos.
Unos proveedores de tecnología que signifiquen especialmente su diferenciación y valores añadidos en las nuevas aplicaciones tecnológicas y la presentación de soluciones adecuadas a los nuevos retos, dentro de un especial equilibrio calidad-precio-eficacia.
Unos consultores y empresas de asesoramiento volcadas en ese desarrollo y gestión del conocimiento, en ese proceso sistemático de recolección, evaluación y análisis de información, cuya finalidad es producir conocimiento útil para la toma de decisiones de todos y cada uno de los implicados en el sector y el mercado de las seguridades, para la adecuada optimización de los recursos ante los nuevos retos y demandas actuales y futuras.
En este sentido, por tanto, estamos hablando de un conjunto de herramientas y métodos de inteligencia económica y sus diversas ramificaciones y acepciones -vigilancia tecnológica, inteligencia estratégica, inteligencia competitiva, etc.- que representan una actitud hacia el análisis riguroso, una voluntad de compartir conocimientos, una capacidad de adquirir e interpretar datos y utilización de la influencia de nuestras empresas y profesionales. En importante también recordar que en muchas empresas españolas, que operan en un entorno globalizado, estas prácticas ya son habituales, principalmente, en el ámbito anglosajón y asiático que lo exige.
Esa Inteligencia, de base tecnológica y de gestión de actividad, que permita manejar la información y el conocimiento para la toma de decisiones acertadas en todos los niveles de la organización, desde la extracción, depuración y transformación de datos, hasta la explotación y distribución de la información, mediante herramientas de fácil uso para sus usuarios.
En esta línea, hay que tener en cuenta que el ámbito empresarial o institucional, las decisiones se toman en todos o alguno de los tres niveles organizacionales: estratégico, táctico u operativo. Las decisiones estratégicas se centran en la dirección de la entidad a largo plazo siendo labor de los ejecutivos de alta gerencia; las decisiones tácticas corresponden a los responsables de nivel medio y se enfocan en la planificación, análisis y producción de proyectos; y las decisiones a nivel operativo son todas aquellas que el personal toma de forma cotidiana y que, como en el resto de los casos, se requieren para convertir los planes en acciones.
Todo ello, dentro de un marco o proceso estructurado en fases de Planificación, Recolección, Procesamiento, Análisis de Producción y Difusión. Una Planificación donde se identifican las necesidades y la información que demandan los destinatarios de la inteligencia; Una Recolección u obtención de la información precisa para producir la inteligencia necesaria; Un Procesamiento para clarificar la información antes de que los analistas puedan tratarla; Un Análisis de Producción con el objetivo de convertir la información recogida en inteligencia y supone la integración, evaluación y análisis de los datos obtenidos, considerando su valor, confiabilidad y relevancia para generar información y conocimiento útil; Una Difusión, como ultimo paso de este ciclo, como es la distribución de la inteligencia obtenida.
Por todo ello, y sin duda, es la hora de la inteligencia… que más que nunca y como momentos de crisis, requiere de la máxima imaginación y las adecuadas acciones pero, con la información y la gestión del conocimiento más riguroso.