El robo de más de 40.000 vehículos al año merece una reflexión


El último balance de criminalidad 2017, que realiza el Ministerio de Interior, recoge que en España se produjeron 42.519 robos de vehículos en España, una cifra si bien ligeramente inferior (un 1,9% menos) a la de 2016, similar a la de años anteriores. Esa cifra supone que en España se roban casi cinco coches a la hora, de los que se suelen recuperar solamente algo más del 25% según el Ministerio de Interior. Algo que debería hacernos reflexionar a todos: políticos, cuerpos y fuerzas de seguridad y, en general, todos los actores que estamos involucrados en la seguridad de los ciudadanos y sus bienes materiales.

Manuel Sánchez Gómez-Merelo
Presidente de la Unión de Cerrajeros de Seguridad (UCES)

El robo de los vehículos en España ha ido evolucionando paralelamente a la aparición y uso de las herramientas antes utilizadas únicamente por profesionales de la cerrajería de seguridad, y que, desgraciadamente, han llegado a manos de las bandas criminales que operan en todo el país. Los robos, actualmente, se están produciendo con herramientas de cerrajeros de seguridad. Desde simples ganzúas hasta dispositivos inhibidores de señales sofisticados, que son los más utilizados para vehículos de alta gama por las bandas criminales especializadas procedentes del Este de Europa, sobre todo de Bulgaria.

En los últimos cinco o seis años estamos asistiendo a un auge de la venta de software conocido como OBD (del inglés On Board Diagnostics), una herramienta de electrónica digital con la que se puede acceder a toda la parte electrónica del vehículo. Esta herramienta, utilizada por cerrajeros especializados en la automoción, se utiliza para la clonación de llaves del propio vehículo y su uso es legal si se utiliza para fines lícitos, obviamente.

El problema, como venimos denunciando desde UCES, es la falta de control de la venta de estas herramientas, que en su mayoría suele rondar entre los 4.000 y los 9.000 euros. Una falta de la regulación de su venta que hace que caigan en manos de individuos para usos delictivos.

¿Qué podemos hacer los actores intervinientes?

La Administración debe procurar una legislación penal que castigue más la posesión de las herramientas de un cerrajero profesional en personas que no dediquen su actividad a la cerrajería de seguridad. Esto provocará que los cuerpos y fuerzas de seguridad puedan actuar con más libertad a la hora de controlar, detener y denunciar a las bandas y sujetos en posesión de dichas herramientas. Es conocido por muchos la manipulación de los números de bastidor de un vehículo en España, que con tan solo pedir a las oficinas de la Dirección General de Tráfico los datos de un vehículo con la excusa de comprobar si tiene cargas de multas se obtienen esos datos. Una trampa legal en la administración que permite obtener los datos del propietario de un vehículo.

Todos los cerrajeros de seguridad debemos mantener un código ético y deontológico al realizar servicios de apertura de vehículos, como viene sucediendo en UCES desde su fundación hace ya casi 10 años, realizando un protocolo de identificación y registro de los propietarios del vehículo que demandan un servicio de apertura o copia de llave o dispositivo de apertura. Una autorregulación que permite a lo largo del año evitar un número importante de robos en nuestro país.

Por último, la sociedad en general debe empezar a concienciarse de que la seguridad es tarea de todos. Hacer uso de un servicio profesional con cerrajeros de seguridad da las suficientes garantías de que no se está colaborando con una infracción o incluso con un delito.

Publicado en IberFerr nº 213

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