La Isla del Pensamiento se convirtió en la sede de la nueva Red Europea de
Reflexión Geopolítica, que celebró su reunión constitutiva en San Simón del 26
al 29 de abril (España). El encuentro, denominado Por una Geopolítica Europea, concluyó con una Declaración Final que se hará llegar a las más altas instancias españolas, francesas y europeas.
Las jornadas, convocadas por Tendencias21 (T21) y Automates Intelligents (AI),
han estado organizadas, además, por la Cátedra Servicios de Inteligencia y
Sistemas Democráticos de la Universidad Rey Juan Carlos (CISD), la Sociedad de
Estudios Internacionales (SEI), el Instituto Choiseul España (IC) y el Instituto
Galego de Análise e Documentación Internacional (IGADI).
El objetivo de las jornadas ha sido acoger a un conjunto de expertos de
España y Francia para reflexionar sobre algunos de los aspectos más cruciales
del futuro de Europa desde una perspectiva geopolítica.
La sesión del día 28, organizada por la Sociedad de Estudios Internacionales
(SEI), bajo el epígrafe Tecnologías de soberanía: seguridad, defensa, espacio, contó con las ponencias de Fernando Davara Rodríguez, Rector de la Sociedad de Estudios Internacionales (SEI), y Manuel Sánchez Gómez-Merelo, Consultor Internacional de Seguridad, Miembro y Profesor de la SEI.
Esta sesión se dedicó a debatir sobre la necesidad de la Unión Europea de
alcanzar un alto grado de independencia en aquellas tecnologías estratégicas, o
tecnologías de soberanía, que responden a las exigencias de las sociedades
modernas, cuyos paradigmas principales son los desafíos medioambientales, la
seguridad humana y colectiva, la salud pública, el desarrollo armónico y los problemas migratorios. Entre ellas se trató en el debate las tecnologías de la información, las nuevas formas de generación de energía, las nano y biotecnologías y la gestión del conocimiento, que incluye el desarrollo y transferencia del saber.
Finalmente se hizo un recorrido por las aplicaciones más destacadas como
muestra de la exigencia europea de disponer de la capacidad de conducir con
independencia y libertad la orientación, desarrollo y control de tales
tecnologías.
Fernando Davara Rodríguez, Rector de la Sociedad de Estudios Internacionales (SEI), trató el concepto de soberanía, vinculado a los Estados y el relacionado con el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. En este entorno emerge una nueva forma de soberanía, la tecnológica, orientada a gestionar libremente un limitado número de aquellas tecnologías que ayudan a satisfacer las exigencias de las sociedades modernas, cuyos paradigmas principales son los desafíos de la seguridad colectiva y la salud pública.
Destacó que Europa necesita alcanzar un determinado grado de soberanía
tecnológica, entendida como la capacidad de gestionar, con libertad y autonomía, el planeamiento, desarrollo, aplicación y control de aquellas tecnologías que responden a las exigencias de las sociedades modernas.
Manuel Sánchez Gómez-Merelo, Consultor Internacional de Seguridad, Miembro y Profesor de la Sociedad de Estudios Internacionales (SEI), se refirió a los aspectos técnicos de la seguridad.
En este sentido, desde la Geopolítica Europea de Seguridad, incidió en la
Globalización y las inseguridades, la seguridad humana y la evolución y
convergencia, la inteligencia y la seguridad, y las tecnologías de Seguridad y
Defensa y su evolución.
Trató sobre la seguridad y la defensa, desde la perspectiva geopolítica,
incorporando el concepto de globalización. Una seguridad global hacia una
prevención no basada en la disuasión sino en la anticipación.
Una protección, donde los procedimientos y flujos económicos, formará parte
de una nueva seguridad global gestionada a través de procesos complejos sobre
arquitecturas de tecnologías de información y comunicación. Donde la
inteligencia, una vez definidos los riesgos, peligros y amenazas que acechan al
mundo globalizado, es el instrumento más eficaz de las políticas de prevención y
anticipación.
En medio de todo este desafío conceptual alrededor de la seguridad en general
y de la seguridad interior en particular, aparecen la ciencia y la tecnología
como ingredientes sin los cuales ningún planteamiento de seguridad global tiene
sentido.