La Revolución de las Canas o la Generación Silver


CUENTOS DE VERANO... también de seguridad, por Manuel Sánchez Gómez-Merelo

La Revolución de las Canas o la Generación Silver

Érase una vez un mundo que se estaba volviendo cada vez más viejo, aunque ser mayor ya no es lo mismo que antes. Un mundo en donde cada vez más, la edad estaba dejando de ser un problema para la vida activa…

Pero hoy no quiero que, ni por lo más remoto, parezca un cuento esta realidad vibrante y prometedora de la que quiero hablar.

Algunos tenemos una nueva visión acerca de los desafíos que plantea a la sociedad, y a la española en particular, un nuevo ingrediente: la longevidad, entendiendo por longevidad el fenómeno en el que una gran mayoría de los seres humanos alcanza edades avanzadas con buena salud.

El objetivo no consiste en ser viejos más tiempo, sino jóvenes más años y, en esta sociedad de la información y del conocimiento postindustrial, a los 65 años, si se goza de buena salud, uno está cargado de experiencia e ilusión, experimentando lo que probablemente sea su mejor momento profesional.

 
 

Gracias a una longevidad activa, el paso de los años se convierte en una oportunidad para hacer cosas nuevas. Es lo que el profesor Robert Pogue, de la Stanford University, ha llamado “juvenescencia”.

La longevidad de la población abre nuevas posibilidades a los nuevos seniors permitiendo que millones de personas entre los sesentas y los setentas, sigan activos, trabajando, produciendo riqueza, ahorrando, creando y promoviendo nuevas actividades en su entorno.


La generación silver o la revolución de las canas

Este surgimiento de una nueva etapa vital bautizada como “generación silver”, aporta una visión constructiva y abierta a las oportunidades sociales y económicas derivadas del envejecimiento demográfico.

Antes, una vida estaba diseñada para tres etapas: la niñez, la edad adulta y la vejez, pero ahora irrumpe esta nueva etapa entre la edad adulta y la vejez, un extra de unos 15 años que no esperábamos. Quince años para vivir con canas, pero con calidad de vida, para lo cual necesitaremos tomar las decisiones adecuadas y que, además, el entorno institucional y social lo haga posible.

En el libro “La revolución de las canas”, de Iñaki Ortega y Antonio Huertas, se explica el por qué los efectos producidos por el incremento de la longevidad propician un estímulo al crecimiento económico, y se analiza con datos cómo ha aparecido esa nueva etapa vital entre los cincuenta y los setenta años, la bautizada como la “generación silver”, que reclama un espacio en la sociedad, y permitirá que millones de personas de esa edad se hagan visibles y puedan canalizar su actividad y creatividad al servicio de la sociedad, experimentando la posibilidad de envejecer con emociones, entrega, ilusiones y afectos.

Esta “generación silver”, está marcando un antes y un después porque es prueba de una metamorfosis conceptual, propiciada por el hecho de no medirse por lo que dice el calendario, o lo que siempre se ha hecho cuando se llega a cierta edad, sino por la más simple y realista guía de lo que está experimentando, esa nueva y sorprendente revitalización de su apariencia, mentalidad, actividad y comportamiento.

En España, ya supone la nada despreciable cifra de casi 8 millones y medio de mayorcitos. Todo un potencial de conocimiento, actividad, experiencia y creatividad muy desaprovechado. Alguno ya estamos pensando en los efectos que supondría incluir a muchos de esos millones de hombres y mujeres en una nueva sociedad económica sostenible. Una auténtica revolución de las canas. 


La nueva etapa y oportunidades

Vivimos una segunda oportunidad, esa “juvenescencia” prolongada, con la ventaja de la experiencia, estabilidad y sabiduría de los años, pero sin la rémora de la renuncia y el ostracismo. Una generación, en general, rica en ideas y conocimiento.

Y de eso queremos seguirles hablando: de cómo, sin darnos cuenta, hemos surgido como un nuevo grupo social productivo, a medio camino entre la edad adulta y la avanzada.

Ya venimos generando ilusiones en este nuevo grupo social de prejubilados y jubilados que siguen emprendiendo, asesorando a empresas, compartiendo docencia como seniors y actuando como abuelos productivos, sin los cuales muchas familias no se sostendrían, o en esa otra modalidad, cada vez más frecuente, de mayores volcados en la innovación social y el voluntariado.

Estamos ante los superpoderes de la segunda mitad de nuestra vida y, si tenemos vidas más largas y más productivas, también podemos hacer un aporte económico mayor que el de los miembros de las generaciones pasadas.

España, por su pirámide poblacional y retraso en lo social, debe intentar asumir lo más rápidamente posible esta nueva realidad del aumento de la esperanza de vida adaptando las estructuras sociales, económicas y laborales correspondientes a los nuevos tiempos.


La fuerza del conocimiento

Aunque algunos maduran endulzándose y otros amargan, hay cosas que solo aprendemos con la edad, sobre todo, una cierta sabiduría vital, intuición, tolerancia, solidaridad y participación social, etc. Muchas otras se aprendieron con estudios y experiencias, y todas forman parte de un bagaje que hemos de transmitir a las siguientes generaciones.

Los “baby boomers” (los nacidos entre 1945 y 1964), aunque muchos no están en edad de jubilación, somos eso que se ha dado en llamar la “generación silver”, porque coincidimos básicamente en la certeza de que nuestra fecha de caducidad no está en el calendario, experimentamos una energía nada desperdiciable y queremos ser todavía impulsores de cambio social, dejando atrás muchas actitudes conservadoras con las que se identificaba la falsa obsolescencia de las personas de edad.

Las opciones de presente y de futuro de ese recuperado sector apuntan a incorporar tanto su evolucionada sabiduría vital y profesional, como propiciar su adaptación a las nuevas formas de trabajar y nuevos costes. Habremos de vencer la inercia histórica y optimizar la creación de valor para la empresa, la persona y la sociedad, revisando tópicos y conceptos obsoletos, para replantearnos imaginativamente un nuevo futuro compartido con todo el que tenga energía, ilusión y algo que aportar.

Reivindicamos el aprovechamiento del talento senior para la sociedad intergeneracional que queremos habitar, empezando por crear un nuevo frente para el estudio del qué y el cómo de nuestro trabajo en el futuro, dirigido a todos aquellos a los que nos ilusiona seguir activos durante tantos años como los que resulte válida nuestra experiencia y utilizable nuestro conocimiento acumulado.

Nuevos tiempos y oportunidades se nos presentan, y su rodaje demostrará si realmente tenemos el talento senior que reivindicamos y ponemos ponerlo al servicio de la sociedad, siempre que la flexibilización normativa también evolucione para ser acorde con el nuevo modelo productivo.


Las nuevas relaciones

Todavía, el 90 por ciento de las empresas reconocen no tener un plan de actuación para sus trabajadores seniors, según un informe de la consultora People Matters, pero, partir de cierta edad, es más adecuada la flexibilidad que deriva de enfocarnos como empresarios de nosotros mismos o de nuestra propia pequeña empresa o autónomos en filosofía freelance, como ya hace un tercio de los estadounidenses.

Por esta razón, los vocablos emprendimiento y senior, ya no resultan tan incompatibles como lo eran hasta no hace mucho tiempo.

Hemos de ayudar a empresarios, emprendedores y profesionales a definir su identidad, descubriendo nuevos perfiles, aportando conocimiento y mucho “mentoring”.


La gestión del talento senior

Una sociedad que envejece bien debería considerarse como un signo de progreso social y económico. Nuevas áreas y oportunidades se abren para el crecimiento económico y el empleo a medida que la innovación tecnológica ingresa en las actividades y su gestión.

Durante esta transformación, el talento senior debe coincidir con las nuevas habilidades requeridas impulsando nuevas ideas que permitan la identificación de líderes en ascenso y sus puntos fuertes, pero también a miembros de equipos mal gestionados o con bajo rendimiento, fomentando las evaluaciones de talento senior para potenciar la transformación.

Las evaluaciones continuas relacionadas con la gestión del talento senior aportan beneficios directos en los niveles: individual, que permite la evaluación concreta de las características personales; de grupo, que facilita la identificación de alto potencial y capitalización del talento; y empresarial, que permite la evaluación de trabajadores que se ajustan a la cultura de la organización o para desempeñar un rol específico.

La “generación silver o la revolución de las canas”
no ha hecho nada más que empezar. Continuará…

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